¡Oh que amigo nos es Cristo! (Himno Número 100)
¡OH, QUÉ AMIGO! Joseph Medlicott Scriven (1819–1886) No muy lejos de Port Hope, Notario, está un monumento con esta inscripción: «Cuatro millas hacia el norte, en el cementerio de Pengally, yace el filántropo y autor de esta obra maestra, escrita en Port Hope en 1857». Sobre la inscripción están las palabras de este querido himno. El autor, Joseph Scriven, fue un hombre que experimentó la amistad con Jesús a través de una vida llena de tragedia personal. Cuando Scriven era un joven en Irlanda, su prometida se ahogó accidentalmente la noche antes de su boda. Poco después partió hacia Canadá. Parecía que estaba destinado a vivir una vida solitaria, con solo Jesús como su amigo más cercano. Scriven nunca pretendió publicar este himno. El escribió las palabras para acompañar una carta a su madre que estaba en la lejana Irlanda. No tenía recursos materiales que ofrecerle, solo un recordatorio de que el más perfecto de los amigos, Jesús mismo, está muy cerca.
